El día 18 de Octubre del año 1992 nació una niña llamada Leticia, de apellidos comunes como son Martínez Jiménez. Esa niña desde un principio fue una niña feliz.
Esa niña feliz soy yo, y estoy aquí para contar una autobiografía sobre mi. Pero se trata de una autobiografía de la educación a lo largo de estos maravillosos 18 años, pero quería aclarar, que la influencia de las vivencias tienen mucho que ver en la educación, y sobre todo decir, que ahora mismo, mi vida personal me está influyendo mucho en mis estudios.
Desde que nací mi vida ha estado marcada por la presencia de mis hermanos, algunos incluso 15 años mayores que yo. Gracias a ellos, desde muy pequeña he sido una niña muy espabilada, incluso adelantada en los estudios.
Con 2 añitos comencé a ir a la escuela infantil, entonces llamada guardería, “ Mi Primer Cole” se llamaba, y gracias a aquella escuela y a sus maravillosas profesoras aprendí a relacionarme desde muy pequeña e incluso a nadar. También, conocí a unas personas que han estado en mi vida durante toda ella entera, mis amigos de la infancia. Los conocí con 2 añitos y por causas de la vida los dejé de ver hace unos 4 años, cuando me mudé de casa e incluso de lugar. Me alejé mucho de ellos, y he perdido al contacto con todos ellos, excepto con una chica, Rocío, siempre ha sido mi mejor amiga, y hablaré de ella más tarde.
En 2º de Educación Infantil llegué al colegio Obispo Perelló. Aquel colegio lo recordaré siempre como lo mejor de mi vida. He pasado allí la mayoría de mis años escolares, y sobre todos los mejores, los de mi infancia.
Mi profesora de educación infantil se llamaba “Choni” y la tengo un cariño súper especial, porque ella nos demostraba en cada momento que también nos tenía muchísimo cariño. Todavía recuerdo cuando se enfadaba y nos decía que nos iba a llevar con los leones. Nos enseño las primeras letras, los colores, incluso la canción del cuerpo en inglés que todavía recuerdo ( “ head,and solders, knees, and shoes, knees and shoes…” ). JGRACIAS CHONI J.
El paso a primaria no fue nada duro, porque lo tenían todo muy preparado y nos preparaban en 3º de infantil, precisamente para ello, para que no nos fuera nada duro. En 1º y 2º de Ed. Primaria mi profesora fue Rosa, una espectacular mujer, todavía la recuerdo, guapísima, con una cara muy dulce, y sobre todo con un espectacular trato hacia los niños, ella fue la que nos introdujo los primeros conceptos de las matemáticas, aprendiendo las primeras sumas, y haciendo juegos para ver quién era el primero que conseguía saber las respuestas. El año pasado, me encontré con ella, y me llamo mucho la atención que todavía se acordaba de mí, algo que me alegró muchísimo. Mi madre más de una vez me ha contado la historia de que un día la profesora Rosa faltó a clase porque se encontraba enferma, y dice mi madre que yo llegué a casa llorando porque mi profe Rosa no había venido a clase.
Mi educación y mi vida personal en 3º y 4º de educación primada estuvo marcada por un profesor, “Miguel Ángel”, éste nos trataba fatal, tanto a niños como a niñas. Pero por ejemplo a las niñas cuando nos portábamos mal, y cuando a el “ le daba la neura” los agarraba fuertemente de la coleta que llevábamos hecha en el pelo, o nos tiraba de las orejas hacia arriba, e incluso llegaba a tirarnos unas llaves a las manos cuando estábamos sentados en nuestro pupitres. Con todo ellos se pensaba que aprenderíamos más, o yo que sé, pero creo que nunca fue así. Todo lo malo venía cuando alguien se confundía en una tabla de multiplicar o en otra cosa cualquiera, como cualquier cosa o confusión que le pueda ocurrir a un niño. Gracias a Dios, yo contaba con la presencia de mi familia, y no sufrí muchos de estos desencuentros, ya que desde hacía unos años me sabía perfectamente las tablas de multiplicar, algo que para el profesor era un alivio.
Mis años en 5º y 6º de Primario no los recuerdo muy bien. Mi profesor se llamaba Millán, y era muy majo y bueno con nosotros, pero quizá demasiado aburrido. Ese tiempo en la escuela estuvo marcado por la presencia de todos mis amigos de la infancia, y sobre todo por los nervios de la entrada a ESO, algo que todos deseábamos, aunque alomejor con algún miedo. En esos años, obtuve unas notas de todo sobresaliente, algo que jamás lo he hecho por que mis padres me obligaran, ni me mandaran estudiar, sino qeui siempre he sido muy independiente en mis estudios y me he sentido orgullosa de mi misma cuando he obtenido buenos resultados.
En 1º y 2º de ESO , continuaba en el colegio Obispo Perelló, y en 3º también, continuaba con mis buenas calificaciones, y los profesores era personas estupendas pero cuando acabé 3º de ESO, tuve que abandonar mi colegio de toda la vida, y ya no sólo eso, sino mi lugar de nacimiento y vivienda, Madrid, para irme a un pueblo de la Sierra Oeste. No se por qué lo digo de esta manera, como si me doliera, porque precisamente fui yo la que quería irme a vivir a Navas del Rey, donde actualmente vivo y donde estoy muy agusto con todo el mundo, son fantásticos.
No se si fue por el cambio de lugar de residencia, o porque me descentré, pero cuando llegué a 4º de ESO, todo cambió. Llegué a un colegio nuevo, “el Alcalá” de Villaviciosa de Odón, y al principio me fue duró conseguir el ritmo de clase, con lo que llegué al final del trimestre con una asignatura suspensa, algo que me entristeció muchísimo, pero por suerte conseguí tirar hacia adelante y sacar todo con buenos resultados.
Cuando acabó el curso de 4º, me cambié de colegio, más que nada por cercanía de mi pueblo, y curse 1º y 2º de Bachillerato en el instituto Pedro de Tolosa en San Martín de Valdeiglesias. Cuando llegué al instituto, en el que estaban todas mis amigas, pensaba que no iba a estar centrada, ya que me iba a descentrar al estar con todas mis amigas, con las que salía normalmente en el pueblo. Pero ocurrió todo lo contrario, gracias a ellas conocí a más y más gente y acabe los dos cursos con buenos resultados. El único impedimento que tuve, es que sufro de migrañas muy graves, y cuando me dan no me puedo ni mover de la cama, y por culpa de ellas falté a unos exámenes finales, suerte que los profesores vieron mis informes médicos, y confiaron en mi palabra y se dieron cuenta de que no merecía la pena no repetirme los exámenes que me faltaban por hacer, por lo que me los repitieron, y gracias a ellos conseguí seguir mi vida escolar, y sobre todo no defraudarme a mí misma.
Llegué a Selectividad, con una media no muy alta la verdad, pero la aprobé finalmente con una nota de un 8.6, y lo más duro fue elegir la universidad para cursar la carrera de mi vida, la que llevaba esperando toda mi vida, y algo que debería elegir minuciosamente para no acabar con mi mayor deseo.
Elegí entrar en la Escuela Universitaria Escuni por su prestigio, por su buena formación, por su majestuosidad, porque siempre me la han recomendado, y finalmente concluyo con mi elección creo que fue la acertada.
GRACIAS A TODA LA GENTE QUE ME HA APOYADO Y HA CREÍDO EN MI DURANTE TODOS ESTOS AÑOS, Y GRCIAS A LA GENTE QUE YA NO ESTÁ, Y QUE SEGURO QUE ESTAN MUY ORGULLOSOS DE LO QUE ESTOY HACIENDO.
…GRACIAS
Hola Leticia, he leído tu autobiografía y me ha parecido muy interesante todo lo que narras en ella. Yo soy estudiante de doctorado en Educación y estoy haciendo mi tesis sobre autobiografías docentes. ¿Te interesaría ayudarme?
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